
Mil maneras de cuidarte
Bienvenidas/os
Soy Eider y hace diez años me diagnosticaron fibromialgia y SFC. Tras largos años de enfermedad y bajas continuas, desde el 2017 estoy sin presentar ningún síntoma de fibromialgia ni de SFC. Cuando me detuve a escuchar mi cuerpo y el mensaje que éste tenía que darme, los síntomas fueron disminuyendo de forma progresiva.Hoy doy mi testimonio y explico los factores que la causaron; cómo era y me sentía antes y durante la enfermedad; las etapas que transité; qué hice para sanar y los ejercicios diarios que practico para mantener mi salud.


“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”Carl G. Jung

Mi historia
Desde siempre me gustó ayudar a los demás, tanto a familiares, amigos, como en ONGs. Dedicaba gran parte de mi tiempo a cubrir las necesidades ajenas, olvidándome cada vez más de las propias. Dejé de hacer lo que me motivaba, para satisfacer a los de a mi alrededor y así conseguir su aprobación. Necesitaba sentir que me aceptaba mi familia y otras figuras de autoridad como profesores y personas mayores. Había pasado por episodios traumáticos en la infancia y en la edad adulta. Fue el lastre que me acompañaba allí donde fuera y el que no supe cómo llevar. Era perfeccionista con aquello que me gustaba y trataba de dar lo mejor de mí. No sabía quién era, ni a qué me iba a dedicar. A los 21 años experimenté por primera vez la ira, que había estado reprimiendo. Sentía enfado con el mundo, soledad, tristeza, un sentimiento de incomprensión e iba sin rumbo. Y fue en esa época en la que surgieron por primera vez los síntomas, durante un voluntariado a Guatemala. Una vez tuve el primer brote, cada cierto tiempo se volvía a manifestar de forma leve. Y por fin llegó el cansancio extremo, los dolores generalizados, la falta de fuerza, las caídas, la dificultad de concentración y era incapaz de mantener una conversación coherente. Las bajas laborales eran de una media de tres al año. Hasta que finalmente mi cuerpo dejó de reaccionar y estuve postrada en una cama durante casi cuatro años.

"Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarse a que te devore desde tu interior"
Frida kahlo

Diagnóstico
Después de cinco años de peregrinaje con distintos especialistas médicos, a los 26 años por fin llegó el veredicto. Mi primera reacción fue de incredulidad, a pesar de que el diagnóstico me lo diera un facultativo. Estuve casi siete años sin aceptar las limitaciones que me comportaba convivir con esas enfermedades. Me resistí a cambiar mi ritmo de vida a pesar de que mi cuerpo me pedía reposo. Entré en un espiral de obsesión en el que casi cada día buscaba información sobre las enfermedades que me habían diagnosticado. Tenía un diario del dolor, en el que anotaba las zonas más afectadas y el grado. Más tarde entré en un estado de depresión del que me costó 10 años salir.

Lo que me llevó a enfermar
Los acontecimientos traumáticos que no había resuelto, se cargaron como losas sobre mi espalda. Creí tenerlo superado por el hecho de haber sobrevivido a todo aquello, pero las heridas y el dolor estaban alojados en ni interior. Al reprimir emociones que yo tildaba como negativas, como por ejemplo la ira, mi cuerpo se iba cargando de contracturas musculares. No estaba en concordancia con lo que pensaba, decía y sentía y la impotencia iba en aumento. Recuerdo que cada día se asemejaba al anterior. Había postergado asuntos de todo tipo y tenía varias conversaciones pendientes por cerrar. Mis habilidades sociales eran escasas y mi incapacidad por poner límites hacía que fuera en contra de mí mismo. Me autoexigía en el trabajo, relaciones, hobbies, etc. La pérdida de identidad sumada a la falta de propósito de vida, me llevaron a sentirme cada vez más perdido. Había perdido las ganas de vivir porque no me motivaba la idea de vivir con esas enfermedades toda la vida.

Lo que más me dolía no era el cuerpo, sinó mi pasado y el anhelo de lo que podría haber sido

Proceso de sanación
Primera parte
Recuerdo el día que cambió todo. Estaba sin aliento en la cama, sin a penas poderme mover y con muchos dolores. Todo era igual respecto al día anterior, excepto mi actitud. Estuve reflexionando sobre cómo había sido mi vida y cómo me imaginaba en el futuro. El balance no fue positivo. Tenía claro que no quería pasar por más sufrimiento, pero para ello debía hacer algo que no había realizado hasta ese momento, y era conectar con mi cuerpo y mis emociones. Había estado muchos años viviendo como un autómata. Así que traté de establecer un diálogo con él y me abrí a recibir una respuesta. Ese fue el primer día que dejé de luchar contra mi enfermedad, para fluir con lo que la vida tenía que enseñarme. Al día siguiente noté como mi cuerpo iba cada vez algo más ligero y la mejoría se apreciaba a medida que pasaban los días. Decidí también cortar con relaciones tóxicas que solo hacían que aumentar mi nivel de estrés y ansiedad. Puse en práctica las habilidades sociales con ayuda de varias psicólogas.Tomé consciencia de todo lo que había procrastinado e hice una lista. Comencé a cerrar asuntos inconclusos. A penas dejé un par que programé resolverlos pocos meses más tarde. Comencé la meditación que tenía aparcada desde hacía varios años y la que había practicado rigurosamente desde mi adolescencia.Volví a hacerme reiki y conectarme con la espiritualidad.
Con el tiempo cree mi ritual de autocuidado, el cual sigo diariamente para conservar mi estado de salud.
Dejé atrás una discapacidad del 33% y más adelante me dieron el 34% durante los dos siguientes. A punto de tramitar la incapacidad laboral llegó mi sanación. A día de hoy tengo una vida plena; un trabajo a jornada completa; puedo ir al gimnasio; hacer mis hobbies; he vuelto a relacionarme, etc.

Cómo me sané
🧘♀️ Relajación/meditación
🤸♂️ Estiramientos diarios
🧠 Cambiando diálogo interno
🧐 Revisando el tipo de relación con los demás
🏅 Estableciendo pequeños objetivos
🎾 Recuperando las actividades que dejé de realizar
📒 Poniendo la agenda al día
👩💼 Trabajando con el/la psicólogo los acontecimientos traumáticos y abordaje multidisciplinar (psiquiatra, rematólog@, y terapeutas)
🧘♀️ Tomando consciencia de nuestro cuerpo
😀 Fidelidad a un@ mism@
😌 Aceptando la situación/ la enfermedad
👆 Responsabilidad

El viaje más largo y apasionante que vas a realizar va a ser hacia tu interior

Gracias
Hoy doy las gracias a mi cuerpo: por manifestar lo que yo no supe expresar con palabras; por invitarme a que parase y bajase mi ritmo; para que dedicara tiempo en reflexionar sobre mi proyecto de vida. Gracias al hecho de sentir que no me querían, empecé a quererme y aceptarme. Gracias al pasar por varias enfermedades, puede cortar la relación con las personas que no me aportaban y ver para quienes era importante. Gracias a las dificultades, me sentí más fuerte, ya que busqué continuamente estrategias para sobrellevar la situación. Gracias a mi perrita, por estar conmigo en los momentos más difíciles; por acompañarme a salir de la depresión y empezar a crear una rutina; por esa sonrisa que me alegra los días; por su bondad y ternura. Gracias a mí por el esfuerzo y por no rendirme; por no creer en un diagnóstico crónico; por utilizar la energía del sufrimiento para hacer algo creativo. Gracias a vosotras/os por estar aquí, porque si habéis llegado a este espacio, es porque tenéis aún esperanza de que se puede vivir sin síntomas.

Servicios
Cuidado y autocuidado
Un espacio dedicado al cuidado de la mente, cuerpo y alma. Sesiones online desde un enfoque gestáltico, donde te acompañaré en este proceso de la emfermedad y buscaremos la raíz. Trabajaremos con meditaciones guiadas enfocadas a alcanzar diferentes objetivos. Te conectarás con tus emociones y tu cuerpo. Experimentarás con varios tipos de cuidados hasta crear tu propio ritual. Adquirirás una rutina para disminuir el dolor o eliminarlo a través del automasaje.

Eider Santos
Gracias por tu interés. Envíame un whatsapp y pronto me pondré en contacto contigo.
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